Cuidado y carga del cuidador
Los retosdel envejecimiento se encuentra el incremento de la población adulta mayor quedesarrollará discapacidad y dependencia. Actualmente el 47.8% de los adultosmayores en la América latina padece algún tipo de discapacidad y sufre lasconsecuencias de las enfermedades crónicas acumuladas, además, el avance en latransición demográfica y la carencia de apoyo formal, provocará queeventualmente se requiera más del apoyo de cuidadores.
Los cuidadores,
generalmente informales, sin el entrenamiento y las técnicas adecuadas, son por
lo regular familiares, mis mismos que llegan al agotamiento, cansancio o
colapso del cuidador (síndrome). Estudios en Estados Unidos han encontrado que
hasta el 32% de los cuidadores, presentan un alto grado de colapso, mientras
que el 19% presentan colapso moderado (NAC, 2009). Dentro de las principales
consecuencias del colapso del cuidador se encuentra el deterioro de su propia
salud y a su vez de la salud del paciente cuidado.
Los estudios definen cuidador informal como aquella persona que provee apoyo físico, emocional o financiero al paciente discapacitado o dependiente y se caracteriza por tener un vínculo afectivo y no recibir remuneración económica por sus cuidados, es típicamente un miembro de la familia, amigo o vecino. El perfil del cuidador es predominantemente femenino (66%) con un promedio de edad de 48 años (además de problemas propios de esta edad como climaterio, problemas de pareja, hijos adolescentes, otros) e incluso una tercera parte de ellas se encargan del cuidado de dos o más personas y hasta un 30% son cuidadores mayores de 65 años (Wright JF, 2009).
Muchas veces
los pacientes cuidados y dependientes, tienen determinadas condiciones como la
edad avanzada, problemas neurológicos, cáncer o demencia (Pereda C, 1995) que
al combinarse con factores del cuidador como poco apoyo socio-familiar, bajos
recursos económicos, capacidad de afrontamiento, sentimientos de autoeficacia,
etnicidad (Dunkin J, 1998), el grado de dependencia del paciente y a la
temporalidad de los cuidados proporcionados (Adelman R, 2014), resultan en el
cansancio del rol de cuidador o colapso.
Finalmente,
los cuidadores asisten al enfermo en una o más actividades básicas (comer, ir
al baño, vestirse, continencia, aseo y traslados), además de soporte médico
como: administración de medicamentos, curaciones, nutrición y recursos,
traslado a citas médicas, toma de decisiones, movilización, rehabilitación,
entre muchas otras actividades, al mismo tiempo, brindan apoyo emocional y
confort que demandan los pacientes (Adelman R, 2014). por consiguiente, los
cuidadores requieren modificar sus estilos de vida para adaptarse a las
necesidades específicas del cuidado que deben proveer, afectando su tiempo de
recreación, contacto con amigos o familiares o bien, su desempeño laboral
(Bevans M, 2012), llevando a un círculo vicioso en la dinámica entre el
cuidador y el cuidado en un aspecto negativo.
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